A mi lo de los olores me ha enamorado desde niño.
Cuando era peque tenia una vecina que tenia una perfumería de las de antes, aquellas en que elaboraban la colonia mezclando diferentes fragancias, con sus frasquicos y su embudo.
Toda la tienda era de madera, incluso el suelo, pero no de esas maderas nuevas y relucientes que se ven en los locales de ahora, era de esas maderas antiguas que el tiempo ha "agrisado", como hace con nuestro pelo. Era una madera que llevaba lustros, absorbiendo los aromas de los perfumes y colonias que habían ido cayendo sobre ella.
Y yo con mis siete añicos, entraba y me quedaba en una esquina, quietecico para no molestar. Y a veces alguna clienta decía : "Señora Carmen. Atienda al chiquillo, que ha llegado antes que yo". Y ella contestaba : "No se preocupe, que Desi solo viene a oler".
Ya disculpareis, el rollo nostálgico. Pero es que el tema me apasiona y me encanta el aroma del papel, la Reina de las tintas (papelería también de las de antes), y cualquier librería de viejo, me desvían por unos momentos también de mi camino, pues no puedo pasar sin entrar.
Así que por supuesto me encanta oler las barajas, aunque a veces me llevo sorpresas "olfativamente" desagradables.
